Autor: Iraida Valero |
Quienes
creemos en la teoría creacionista, desde el principio de los tiempos se nos ha
inducido a organizarnos el concepto formal de la organización según: (Capra, 2006; Delgado, 2005; Luhmann, 1998; Maturana
& Valera, 1972; Munné, 1993, 1998, 2005, 2007; Navarro, 2001, 2005;
Prigogine, 1997, 1997a; Quijano, 2006).es: Una organización es un sistema diseñado para alcanzar ciertas
metas y objetivos. Estos sistemas pueden, a su vez, estar conformados por otros
subsistemas relacionados que cumplen funciones específicas.
En otras palabras, una organización es
un grupo social formado por
personas, tareas y administración, que interactúan en el marco de
una estructura sistemática para cumplir con sus objetivos.
Entonces estamos acondicionados a mantener esta línea evolutiva en pro de un sistema
organizativo cabe destacar que no somos los únicos como especie que adoptamos
dicha estructura, las hormigas sin duda alguna, son la especie organizativa más
exitosa conocida por el hombre, es fundamental que para que cualquier organización
puedan realizar las tareas que se le han encomendado y para que puedan lograr
los fines que se han propuesto, es necesario que cuenten con una serie de
recursos. Entre ellos deben incluirse los humanos, los tecnológicos, los
económicos, los inmuebles, los naturales e intangibles.
Hemos visto como estas estructura ha hecho del hombre un ser dotado de
conocimientos, ambiciones, capaz de desarrollarlos instrumentos de tecnología
para ayudar, y las armas de guerra más espantosas, entramos desde ese
génesis en constante organización y nos sumergimos en sus complejidades.
Para Munné (2005), son cuatro las teorías
desde las cuales se puede caracterizar la complejidad: la Teoría del Caos, con
énfasis en la Complejidad de las Estructuras Disipativas de Ilya Prigogine; la
Complejidad Fractal de Benoit Mandelbrot; la Complejidad Catastrófica
desarrollada por René Thom; y la Teoría de los Conjuntos Borrosos de Zadeh.
Define así la complejidad, como un conjunto de propiedades cualitativas
irreductibles de un fenómeno o proceso, natural o humano, dadas por la
caoticidad, la fractalidad, el catastrofismo y la borrosidad.
Se
puede concluir que La Teoría del Caos y
la matemática caótica resultaron
ser una herramienta con aplicaciones a muchos campos de la ciencia y la tecnología.
Gracias a estas aplicaciones el hombre se torna paradójico, dado que muchas de
las prácticas que se realizan tienen
resultados concretos porque los sistemas que se estudian están basados
estrictamente a sistemas dinámicos.
En Internet se desarrolla este
concepto en Teoría del Caos, el tercer paradigma,
de cómo la estadística inferencial trabaja con modelos aleatorios para crear series
caóticas predictoras para
el estudio de eventos presumiblemente caóticos en las Ciencias Sociales.
Tan indispensable para la existencia,
como para la preservación de nuestra
especie son los diferentes sistemas organizativos, confiando que nos seguirán llevando a nuevos e
inexplicables sistemas paralelos hasta
ahora desconocidos pero no inexistentes.
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